Los cañones se colocaron en los barcos con fines de defensa y aparecieron por primera vez a mediados del siglo XIV. Los primeros en llevar cañones fueron los navíos de guerra franceses, que usualmente tenían tres, pero hacia finales del siglo, todos los barcos de España, Venecia y Génova estaban armados de cañones.
En un principio los cañones se colocaban en los castillos de los barcos, pero estas frágiles estructuras estaban concebidas realmente para llevar arqueros u hombres armados de proyectiles. Los cañones eran demasiado pesados y desequilibraban el barco, así que al fin y al cabo se les colocó por debajo del nivel de cubierta, o aún más abajo. Hacia el año 1501, se introdujo la cañonera, descubierta probablemente en Francia, y desde entonces comenzaron a diseñarse navíos de guerra.
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