Se trata de unas habas producidas por el arbusto venenoso llamado Sebastiana pavoniana, que crece en el altiplano mexicano. Los frutos de un centímetro de longitud, conservan en su interior la larva de una mariposa; el huevo del insecto es puesto antes que el ovario se convierta en fruto. Al nacer, la larva teje una red en el interior y luego, poco a poco, comienza a comer, y de esta manera siempre está en movimiento. Cuando el haba se encuentra en una superficie plana, la larva se retuerce, y la semilla salta.
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